Hoy sin ti, pero contigo

Hoy habrías cumplido 61 años. Hoy nos habríamos levantado y tu nieta habría subido rápida como un rayo a cantarte el cumpleaños feliz. Hoy yo me habría sacrificado y te habría comprado algún detalle del Real Madrid, aunque el simple hecho de escribir ese nombre ya me de sarpullido en los dedos. Hoy nos habríamos juntado todos para celebrar tu día contigo, comernos un buen pastel después de una de esas barbacoas o paellas en familia que tanto te gustaban. Hoy habríamos sido felices… pero hoy no estás. Hace seis meses que no estás. Hace seis meses que nos dejaste y te llevaste una parte de cada uno de nosotros contigo.

¿Sabes qué? No te voy a engañar, lo llevamos como podemos, más mal que bien y por más que intento consolarme pensando que tu maldita enfermedad nos regaló cuatro años a tu lado, cuatro años que además fueron de calidad pues pese a ella pudiste disfrutar de una vida «normal», yo, egoístamente pienso que ¡qué coño! con lo bien que estabas podía haber sido un poco más, pero no, bastaron sólo dos semanas para marchitarte, el tiempo justo para despedirte de todo los que te queríamos, te queremos y te querremos, el tiempo justo para que te fueses tal como viviste, organizándolo todo, el tiempo justo para que en la medida de lo posible nos hiciéramos a la idea… ¿pero cómo me voy a hacer a la idea?¿cómo no voy a echar de menos la imagen de mi hija con su abuelo en la cama contándose cuentos mútuamente?¿cómo no voy a echar de menos nuestros piques Barça-Madrid o Hamilton-Alonso?… que por cierto, te digo que Casillas al Oporto, Alonso no ha hecho una mierda nada, Lorenzo campeón y en el último Madrid – Barça 0-4 jajaja otra vez será… Te has ido y yo sigo manteniendo esos piques contigo, te puedo oír dentro de mi cabeza «comentando las jugadas».

Has dejado un vacío inmenso en nuestra vida, en nuestro día a día, porque tú siempre estabas ahí para todo, nos haces muchísima falta. Veo como una parte de cada uno de nosotros se ha ido contigo y una parte de ti sigue con nosotros y pienso que el dolor que sentimos nunca desaparecerá, simplemente aprenderemos a vivir con él.

Recuerdo el entrar en tu casa y oler esos exquisitos guisos que sólo tú sabías hacer, porque seguir una receta es fácil, pero el toque de cada uno es algo único y tu toque era increíble, recuerdo salivar sólo con oler lo que se había cocinado y estar tú en el sofá y decirme «pruébalo… no sé cómo me habrá quedado» sabiendo que tal como lo probase iba a decirte que me llevaba un tupper, sabiendo que ya habías hecho un poco más para tu hijo, tu nieta y tu nuera. Todavía miro hacia tu ventana cuando llegamos tarde a casa, no te dormías hasta que no llegábamos y tu nieta estaba en casa. Más que un suegro, para mí eras como un padre, esos consejos cortos y concisos cuando yo me alteraba por esas cosas que no siempre son como deberían, esas risas cuando soltabas «alguna de las tuyas», esos ratos en el ordenador viendo vídeos graciosos o consultándonos tus dudas sobre las redes o internet, esas tardes viendo la tele a la par que jugando al pasapalabra o al boom! esos momentos de tertulia sofalera, esas «broncas» por nuestro bien, esos días en familia en el Cerrillo.

¿Sabes que echo más de menos? tu mirada, la mirada de amor con la que observabas a tu nieta, la mirada de amor con la que mirabas mi barriga donde crecía tu nieto al que no has llegado a conocer por un mes, puedo ver como si hubiera ocurrido hace un minuto tu cara de sorpresa al poner tu mano en mi barriga y notar su patadón, la mirada de amor con la que mirabas a tu mujer mientras refunfuñabas cuando se retrasaba en salir, la mirada de amor con la que mirabas a tus hijos cuando estábamos todos juntos. Eras y eres tan importante para nosotros que por más que pase el tiempo se me hace extraño que no estés aquí. Hay personas que simplemente pasan por la vida, pero tú has vivido la vida, con tus virtudes y tus defectos, la has disfrutado y nos la has hecho disfrutar a tu lado, has vivido de tal manera que has formado, formas y formarás parte de nosotros y hoy nos sentimos algo perdidos sin ti.

Tu hijo llora casi todos los días, él cree que yo no lo sé pero sí y yo me siento impotente, si estoy triste yo no puedo ni imaginar cómo ha de estar él, a veces hablamos sobre ello otras no, sabes que es muy cerrado para estas cosas, que le cuesta sacar sus sentimientos, se lo queda todo para él, dice que eso lo ha sacado de ti al igual que ha sacado de ti ser ese serio divertido, que te dice las cosas en el tono más serio para acabar riéndonos juntos con sus salidas insólitas. Tu nieta te echa muchísimo de menos, se asoma a la ventana para hablarte, para decirte «yayo te quiero y te amo» ella sabe que la ves y que la oyes, al principio se enfadó, porque te has ido al cielo y del cielo no se vuelve y no hay ninguna escalera que llegue hasta allí, que es lo que ella quería, pero ahora sabe que allí en el cielo ya no tienes pupa y eso hace que lo acepte, a veces me la encuentro en cualquier rincón contándote sus cosas y se me encoje el corazón pensando que en algún momento pueda olvidar alguna de «vuestras cosas» aunque nosotros pondremos todo de nuestra parte para que eso no ocurra, ella te recordará siempre y tú nieto te conocerá a través de todos nosotros.

El cuerpo se va, se marchita, desaparece, pero tu esencia, tu cariño, tu persona va a estar siempre con nosotros, llegará un día en el que hablemos de ti simplemente con alegría, recordando todos esos bonitos momentos que nos has dejado para el recuerdo, sin que alguna lágrima furtiva asome a nuestras mejillas, sin tener el corazón hecho un puño, pero es tan difícil, has sido una persona que nos has marcado a todos y cada uno de los que te rodeábamos y ahora simplemente intentamos seguir adelante y que este dolor en el pecho pase. Sé que nunca dejaré de echarte de menos, pero de alguna manera te siento aquí, con nosotros, con los que te queremos. Sé que sabes que te quiero, pero lamento no habértelo dicho, aunque me reconforto pensando que como en todas las cosas importantes «sobran las palabras» y para estas cosas tú eres un hombre de pocas palabras.

Nunca podré agradecerle suficientemente a la vida haber puesto en mi camino a mi Rubio, con él veníais en el pack tú y mi suegra, esos padres postizos que desde el primer momento tirasteis por suelo todos los estereotipos negativos de la palabra «suegros». Sólo puedo darte las gracias, por ser y estar, por quererme, por hacerme sentir parte de la familia desde el minuto cero, por darme ese cariño que como digo no necesitó ser verbalizado para ser sentido, simplemente gracias por dejarme formar parte de tu vida y gracias por engrandecer la mía, pues son las personas como tú las que nos hacen ser cada día un poco mejor, las que llenan de bonitos momentos el camino de la vida, esta vida que es un poco más triste desde que no estás.

No te voy a decir «adiós», te voy a decir «nos veremos» porque tengo fe en que algún día de algún modo nos reencontraremos y espero que ese día nos comamos una buena barbacoa con un buen gazpachito fresquito de ese que sólo tú sabes hacer tan bueno.

Hoy habrías cumplido 61 años y yo sólo puedo decirte «allí donde estés, felicidades» sintiéndome huérfana de tu abrazo y necesitada de esos dos besos que acompañan a una felicitación. Hoy habrías cumplido 61 años y yo… yo simplemente te echo de menos.

Te quiero Miguel.

14 comentarios en “Hoy sin ti, pero contigo

  1. Mercè-Una Mamá Bloguera

    Qué hartón de llorar… Entiendo perfectamente tu sentimiento, pues hace unos años también vivimos la desgracia de perder a mi suegro por culpa de esta enfermedad, que desde que se la diagnosticaron no duró ni un año… Pero sabíamos que era el fin porque no quiso hacer quimios…

    El caso es que él no conoció a sus nietos, murió dos años antes, pero deseaba tener uno y ya planeaba a qué parques iría, cómo correría con él, etc…

    No hay día que no pensemos en él, y como tu marido, el mío también lo ha pasado muy mal.

    Un beso y un abrazo

    Responder
    1. Yo Tampoco sabía Autor

      Supongo q esto no se supera, se aprende a vivir con ello y ya está. Pero intentar estar lo mejor posible es lo más importante. Feliz día! Muack!

      Responder
  2. Stephanie heiyma

    Pfff…con un nudo en la garganta estoy, y la lagrima asomando… Que triste y bonito a la vez… Solo puedo decirte que te quiero mucho y que para lo que necesites ya sabes que aqui me tendrás siempre! Besitos reina

    Responder
  3. Una mamá muy feliz

    Ayyyy qué duro!! entiendo perfectamente como te sientes, mi padre nos dejó de forma repentina unos días antes de Navidad y aunque ya hace años, es difícil vivir con el «si estuvieras aquí…»

    Te mando un beso enorme.

    Responder
    1. Yo Tampoco sabía Autor

      Me imagino q ese «si estuvieras aquí» nos acompañará toda la vida. Lo importante es q intentemos aprender a llevarlo lo mejor posible. Feliz día! Muack!

      Responder
  4. Criando despacio

    ¡Qué post tan emotivo! ¡Y qué suerte haber tenido un suegro que rompiera todos los estereotipos negativos!
    ¡Qué rabia tener que asumir que, lo que toca ahora, es aprender a vivir sin ellos! En mi caso es mi abuela a la que se le echa en falta día a día, desde hace 5 años…
    Un beso!

    Responder
    1. Yo Tampoco sabía Autor

      La verdad es q he tenido muchísima suerte con mis suegros. En ello estamos, en aprender a llevarlo y sobrellevarlo. Feliz día! Muack!

      Responder

Con la ilusión que me hace no puedes irte sin dejarme un comentario :)

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.