Hay muy pocos momentos en la vida en los que realmente sentimos que somos felices, además de saberlo. Ansiamos la felicidad y una vez la conseguimos nuestro mayor empeño es mantenerla, pero ¿podemos mantener la felicidad eternamente una vez alcanzada?… Lamentablemente no, por más que nos esforcemos, eso es algo inviable. La felicidad es como las fases de la Luna, es un proceso cíclico.
Pongamos que en este momento somos completamente felices, plenos de felicidad al igual que una Luna Llena inmensa y magnífica presidiendo el cielo de una noche cualquiera, la vida nos sonríe, nuestros seres queridos rebosan salud, el trabajo o nuestras actividades cotidianas son una estupenda rutina que nos hace sentirnos personas útiles y realmente sentimos que no necesitamos nada más, pero somos humanos, por lo tanto inconformistas por naturaleza y a pesar de tenerlo todo, queremos más, al igual que la Luna, nuestra felicidad empieza a menguar.
Miramos en nuevas direcciones en busca de más felicidad, quizá un ascenso, quizá un coche, quizá una casa más grande, o cualquier cosa que creemos necesitar ¿seguimos siendo felices? seguramente sí, pero empezamos a dejar de ser conscientes de ello. Lo malo de la felicidad es que transforma los días en horas y el tiempo no es benévolo con nadie, de ésta manera es como sin darnos cuenta pasamos de una «Luna Llena» a un «Cuarto Menguante«, algún traspiés del destino rompe nuestra ya no tan valorada felicidad, en ese momento aún estamos bien, pero ya somos conscientes que ya no somos todo lo felices que habíamos llegado a ser, pese a que intentamos mantener lo que en ese momento nos queda sólo hay dos opciones o que empecemos desde cero, desde una «Luna Nueva«, para que recuperemos lo que estamos perdiendo (en el mejor de los casos), o que se destruya del todo nuestro sueño y despertemos en la cruda realidad de la ausencia de aquella persona a la que no le dijimos suficientemente lo mucho que queríamos y que ya no nos regalará más sonrisas ni consejos, o el distanciamiento de esa otra persona a la que no le supimos demostrar que era lo primero y más importante en nuestra vida, o la pérdida de esa complicidad especial con alguien que nos ha acompañado durante largo tiempo, ese momento en que nos miramos pero no nos vemos y nos escuchamos pero no nos oímos, pero seguramente ya tendremos ese ascenso o ese coche o esa casa, o quizá, lo que sería más triste aún, no tengamos nada de aquello que creíamos que nos faltaba.
Así, habiendo tenido que perder algo realmente valioso para darnos cuenta de lo importante que era, llegaríamos a la «Luna Nueva«. «Luna Nueva«, es ese momento en el que estamos llenos de esperanza, sabemos lo que queremos, valoramos lo que hemos perdido y guardamos como un tesoro los recuerdos hermosos a modo de indemnización espiritual. Tenemos ilusión sabemos que costará, que aún está lejos pero que volverá, la felicidad siempre vuelve, transformada, nueva y única en cada ocasión.
Nuestras metas están claras y nuestros caminos marcados, ya nos encontramos en el «Cuarto Creciente«, empezamos a vislumbrar otra vez que nuestro momento está cerca, nos esforzamos por conseguirlo y poco a poco lo conseguimos hasta llegar nuevamente a la «Luna Llena«, en ese momento durante un instante somos plenamente felices, pues aunque aquellos que te acompañaron, te guiaron o aconsejaron al principio de tu camino ya se apagaron ahora hay voces nuevas que te piden a ti consejo y en ese momento estáis todos juntos de alguna manera, o quizá ha aparecido en tú vida esa persona que en ningún momento duda que es primordial en tu vida porque para ti es tan importante que esté a tu lado como que sepa que quieres que esté a tu lado. Es una nueva felicidad de la que disfrutamos, otra «Luna Llena» más en nuestras vidas.
Quizá el truco será disfrutarla al máximo mientras nos rodea, guardar los momentos necesarios para que los «Cuartos Menguantes» sean lo más llevaderos posibles y ser consciente que lo realmente importante son esos abrazos, esos te quiero, esas sonrisas, esas miradas, las que siempre vuelven con canciones que nos tocan el corazón, las que nos levantan cuando caemos, que el más rico no es el que más tiene sino el que menos necesita, valorar a los que nos rodean y que nos valoren… eso es lo más valioso.
Una canción que yo creo que está inspirada y que inspira felicidad, una versión de Israel Kamakawiwo’ole que unió dos preciosas canciones como son «Somewhere over the rainbow» y «What a wonderful world»
Creo que como dices lo que debemos es aprovechar al máximo y disfrutar de esos momentos de felicidad para guardar energías para cuando vienen momentos difíciles.
La canción me encanta.
Besos.
La canción es preciosa. Y sí, hay q disfrutar al máximo y guardar esos pequeños grandes momentos para volver a disfrutarlos cuando vienen malas épocas. Feliz día! Muack!
¿Qué es la felicidad? Ay que complicado! Estoy de acuerdo contigo, parece algo cíclico. Eso sí, lo que tengo claro es que en esta vida hay que disfrutar. Preciosa canción.
Eso es, hay que disfrutar al máximo todo lo posible que al final eso es lo que cuenta, la canción me encanta. Feliz día! Muack!
Lo has explicado muy bonito. Creo que hoy en día la sociedad nos ha hecho demasiado materialistas y no disfrutamos de lo que realmente llena nuestros corazones, los pequeños gestos que a veces empezamos a valorar cuando ya no los tenemos. Un saludo!!
Toda la razón, demasiado consumismo y falsa felicidad por las pertenencias adquiridas y cuando queremos darnos cuenta de lo que es realmente importante por desgracia la mayoría de las veces es demasiado tarde y con un poco de suerte ese «error» nos sirve para abrir los ojos y valorar lo que todavía nos queda y de esta manera aprender a disfrutar de ello. Feliz día! Muack!
Me encanta cómo has descrito las fases de la felicidad. Totalmente de acuerdo con que ésta existe pero es un estado cambiante, como la luna. No siempre nos sentimos iguales, ni sentimos de la misma forma, por lo que todos los días somos diferentes de ahí que la felicidad sea también así, un estado no lineal.
La elección de la canción no podría ser mejor, es mi canción favorita: reflexiva y motivadora.
Feliz semana!! Te deseo lo mejor