Hay cosas que son absolutamente necesarias para vivir, físicamente hablando, respirar, dormir, «evacuar», cosas sin las que nuestro organismo no sobreviviría, pero una de ellas particularmente, la hemos convertido en algo más que una necesidad, en algo que según se mire podríamos calificar como vicio, placer, debilidad algo que además de ser necesario en muchas ocasiones nos llega a hacer felices: Comer. Comer es de esas cosas que pese a que hay que hacerlo cada día y pudiera parecer
algo monótono, nos da un sinfín de sensaciones. Todos tenemos alimentos favoritos, alimentos indispensables, debilidades, todos hacemos un mundo de nuestra comida y hoy os traigo parte de ese mundo mío.
1. Mi indispensable: Leche con Nesquik, no podría vivir sin ella. Puedo llegar a beberme cuatro o cinco vasos al día, siempre fría, ya sea verano o invierno. Bien cargadita de Nesquik, sin remenar, que haga poso y comer ese «chocolate» del fondo a cucharaditas, para finalmente removerlo y beberme el vaso prácticamente al trago. Puedo tomar la leche sola, con galletas, siempre María, con crispies… pero sin lugar a dudas mi «pasta» favorita es el croissant de frankfurt… ahora mismo no lo veis, pero salivo a más no poder.
2. Mi perdición: El fuet… ooooohhhh el fuet, a bocados, en bocata, de picoteo, como sea. El fuet es un vicio familiar que se remonta a varias generaciones de mi familia y por lo visto perdurará ya que Bombón es casi tan adicta como yo. De hecho cuando hacemos la compra, normalmente pagamos tres, pero a casa llegan dos.
3. Mi merienda favorita: Los bocadillos. Y es que no hay mejor merienda que un buen bocata con pan bien crujiente, tomate, aceite y sal. Entre mis favoritos están el de catalana, el de jamón serrano, el de fuet y cabe destacar la mención especial al rey de los bocadillos calientes, el bikini (o mixto) en barra de pan con ese jamon dulce calentito y el queso fundido, si en pan de molde está bueno en pan de barra es lo más de los más.
4. Mi plato favorito: La sopa, aquí me ha costado un poco más decidirme, pero se puede decir que mi plato favorito es la sopa. De caldo casero, ese que se pasa horas y horas al fuego, ese que tras comerte un plato no te cabe nada más en el cuerpo. Podría comer sopa todos los días y no me cansaría.
5. Mi «por que yo lo valgo»: Una buena barbacoa, hecha con leña en un buen fuego a tierra, con sus patatas asadas y su allioli o un buen codillo al horno, crujientito y dorado por fuera y tierno y meloso por dentro.
6. Un postre: Yogurt con trocitos de fruta. El natural con trocitos de fresa el que más. Ese puntito ácido de la fresa con el dulce del yogurt me encanta
Acabo de decidir que esta entrada la divido en dos, ya que mis tripas empiezan a rugir de manera desesperada. Y por mi bien más me vale dejarlo aquí.
Y vosotros ¿con qué manjares deleitais vuestros paladares?