#ElTemaDeLaSemana: Decepciones y Olvidos

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Esta semana en #ElTemaDeLaSemana venimos hablando de miedos, los miedos son algo hasta cierto punto subjetivo, cosas que a mí me pueden quitar el sueño para otra persona pueden ser simplemente una incomodidad por ejemplo, los miedos nacen de la propia personalidad de cada uno, de las cosas a las que les damos importancia y a las que no, por ejemplo, hay personas a quienes lo desconocido les da un miedo atroz y sin embargo para otras lo
desconocido es un reto, una oportunidad, lógicamente hay miedos generales, miedos que
todos padecemos, o por lo menos la gran mayoría, miedo por ejemplo a que nuestros seres queridos sufran, miedo a la pérdida de esos mismos seres queridos, el miedo es algo que aunque sea difícil hay que aprender a controlar, para ser nosotros quienes le dominemos y no él quien se apodere de nosotros. Por eso hoy os voy a contar:

#ElTemaDeLaSemana: Tengo miedo a…

En mi caso #ElTemaDeLaSemana: Decepciones y olvidos

Si hay algo que a mí me da miedo son dos cosas, una es no estar a la altura de lo que se merecen aquellos que me rodean, mis hijos, que como para cualquier hijo ahora mismo para ellos soy la mejor del mundo mundial, lo noto en sus miradas, bueno y bombón ya se encarga de decírmelo y con ello hace que vaya más alta que ancha, mi labor día a día es que eso no varíe (salvo en la adolescencia… algo a lo que también temo) que ellos siempre puedan ver en mí un buen ejemplo, un apoyo, alguien con quien siempre van a poder contar y que luchará junto a ellos frente a cualquier problema que les pueda surgir a lo largo de la vida (que ya me ocuparé yo que sean los menos posibles) por supuesto que ellos han de hacer su vida y han de equivocarse, tropezando con alguna piedra más de una y dos veces y lamentablemente seguramente en algún momento sufrir, como hemos hecho todos, pero ahí estaré yo para disfrutar de lo bueno con ellos y enseñarles que de todo se sale cuando vengan mal dadas. Mi Rubio, que con una simple mirada suya me hace sentirme grande, me hace sentirme especial, me hace saber que no hay nada más maravilloso que saberse y sentirse querida, que me enseña el lado amable de la vida, que me encanta incluso cuando estamos enfadados, porque también hay nubes negras en el cielo del amor, pero como toda nube al final escampa, ellos tres me dan la fuerza para seguir adelante con cualquier cosa y la felicidad de saber que no necesito nada más porque con ellos lo tengo todo. Mi Santa Suegra, que es lo más, que me ha dado tanto que en la vida no me va a dar tiempo suficiente para agradecerle lo que ella me hace crecer como persona, lo que he aprendido de ella. Mi hermana, que aunque va ya para treinta años siempre que pienso en ella la primera imagen que me viene a la cabeza es de una niña pizpireta y pesada como ella sola, con la que he crecido, con la que he compartido y compartiré toda mi vida, la que mejor me conoce y la que siempre está ahí.

Por eso, con todo lo que recibo de ellos, uno de mis mayor miedos es que en algún momento pueda decepcionarles, no estar a la altura de lo que ellos se merecen, porque no sería justo.

Mi otro gran miedo es el olvido, olvidarme de esos pequeños momentos que hacen que la vida sea mágica, esas risas preciosas y perfectas de mis Bombones y sus palabras imposibles que sólo quienes les rodeamos conocemos, su olor, ese olor a vida, a inocencia, a ternura. Los cruces de miradas furtivos con mi Rubio al llegar a algún sitio donde hemos quedado, miradas que despiertan una sonrisa al descubrirnos entre la multitud, el sonido de nuestras risas cómplices, nuestros silencios compartidos o nuestras charlas interminables. Miedo a olvidar la voz de mi suegro, ya va a hacer un año que nos dejó y no hay un solo día en el que no piense en él, tengo miedo a olvidar esos pequeños detalles suyos, sus bromas, sus chascarrillos, su arte en la cocina, jamás volveré a comer unos callos, una carne guisada o unas migas como las que él hacía, que tonta fui al no aprender sus recetas, que inconsciente pensar que siempre ba a estar para deleitarnos con sus delicias. Tengo miedo de no ser capaz de evitar que mi Bombón también me olvide, ella como nosotros le tiene muy presente en su día a día, mucho más de lo que nosotros pensábamos habiendo pasado ya casi un año, al igual que me da miedo no saber transmitirle a Minibombón todo lo que su abuelo significó, significa y significará siempre en nuestra familia, se quedaron a las puertas de conocerse y me da miedo que no seamos capaz de poder traspasar esa puerta lo suficiente como para que Minibombón pueda apreciar el día de mañana lo maravillosa persona que fue su abuelo.

Contra el miedo no se puede hacer otra cosa que no sea luchar, para aprovechar y disfrutar el tiempo con los míos al máximo, creando así los más maravillosos recuerdos que son simplemente los que me transportan a los momentos con mi familia, esos que para otros pueden no suponer nada, cosas rutinarias, cotidianas, pero es que eso es la vida, un sinfín de momentos sencillos que si no te das cuenta y los aprovechas, los vas a dejar escapar y esos momentos ya no vuelven. Luchar para ser la mejor versión de mí misma y para de esta manera poder sentirme satisfecha entregándoles esa versión grande y feliz a mi familia. El miedo, en mi caso no es algo que me paralice, es algo que me enseña a valorar más lo que me rodea.

Con la ilusión que me hace no puedes irte sin dejarme un comentario :)

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