Y allí estábamos nosotros, camino al hospital, el camino corto más largo del mundo. Llamé a mi hermana para decirle que ya salíamos y la valiente dijo que se venía ella sola, la primera vez que venía ella sola en coche, con esos cuarenta kilómetros que nos separaban autopista incluída. Ahora sí que sí, al ritmo al que iban las contracciones y el dolor que ya notaba me hizo pensar que para la hora de comer ya tendría a Minibombón en brazos. La conversación en el coche era escasa, no pasaba de un «¿qué tal vas?» «bien bien» «¿sí?» «¡¡siiii (contracción) iiii!!» y así en bucle intercalando algún «ánimo cariño» eso sí con cara de «pobrecilla» acompañada de sonrisa forzada cual Jocker en Batman. Llegamos, aparcamos y nos dirigimos al mostrador. Allí un chico tecleaba algo en el ordenador y llegué yo, con cara de pocos amigos y armada con mi DNI y mi tarjeta sanitaria en la mano. El chico sin levantar la mirada me dijo: «Buenos días ¿qué le pasa?» «Vengo de paaar (contracción) tooooo» «Aaaaaa ya veo ya veo» dijo, al tiempo que me arrancaba el DNI y la tarjeta de la mano, tardó un pestañeo en introducir los datos en el ordenador «pase pase, al final de la línea naranja, no vaya a la sala de espera, vaya directamente a la puerta… suerte… que vaya bien» dijo más rápido de lo que Cristian Gálvez lee una definición en el rosco final de Pasapalabra. Llamé al timbre de la puerta y no hizo falta que diese nada, la enfermera que me abrio directamente me dijo para ser testigo de una nueva contracción «¿de parto verdad?» me sonrío tiernamente y nos hizo pasar.
Me hicieron un tacto, mientras las contracciones no paraban de aumentar tanto en cantidad como en dolor, la comadrona me dijo: «Muy bien, estás casi de cinco centímetros, te quedas aquí» no me digas, ni me lo imaginaba entonces me preguntó si iba a querer la epidural «siiiiiiii (contracción) ahooora yaaaaa» le contesté en ese tono de voz baja y mala leche dolorosa en plan ultratumba y es que aquí la menda lerenda estaba con contracciones dobles. Con contracciones normales entre una y otra hay un mínimo tiempo en el que te puedes preparar mentalmente para el dolor que te va a venir con la próxima contracción o por lo menos así hice yo en el parto de Bombón, pero esta vez, ayyyy esta vez cuando la contracción llegaba al punto más alto de dolor contaba hasta tres y volvía al punto más alto del dolor. Nos pasaron a otra habitación y ahí nos dejaron solos mientras venía la anestesista. Las contracciones aumentaban y yo que ya no podía con mi alma y le decía a mi Rubio «¿pero como he podido olvidar yo esto? Ayyy que viene otra (contracción 1,2,3 contracción… resoplido) ayyy que no puedo… que no puedo» y así en bucle con intervalo de dos o tres minutos entre cada par de contracciones. Llegaron dos comadronas con la anestesista. Yo apretaba la mano de mi Rubio y dijo la anestesista mientras a mí me venía otra contracción «ahora tendrás que salir un momento» «ahora NO!!» Dije yo cual niña del exorcista… mientras pulverizaba la mano de mi Rubio. Pasadas las contracciones él salió. Yo hacía tanta fuerza que estaba de puntillas poseída por el espíritu de Hulk intentando hundir el suelo y agarrada con todas mis fuerzas a la barandilla lateral de la camilla como si no hubiera un mañana, como pude me senté para que me pudieran poner la epidural y me colocaron una almohada delante para evitar que me echase hacia delante, mientras una de las comadronas me cogía de las manos con toda su ternura y me daba ánimo la otra le comentaba a la anestesista «pobrecilla, es que tiene tantas contracciones, tan rápidas y tan fuertes» en un intento de voz baja, entonces me pusieron la epidural explicándome en todo momento que estaban haciendo (al igual que durante todo el proceso del parto) y animándome diciendo que pronto pasaría. Me tumbé, entró mi Rubio y todavía tuve bastantes contracciones antes que hiciera efecto la epidural, que fue rápido, pero las contracciones lo eran más. Y por fin hizo efecto, seguía notándolas pero ya no dolían, me sentía las piernas, podía moverme, pero no dolía. Que relajación, que alivio. Me hicieron otro tacto, todo iba perfectamente pero muy rápido y resulta que Minibombón se había girado un poco, entonces me dijeron que para no utilizar ningún tipo de instrumental, me pusiera de lado, con la pierna en la pernera de la camilla para que se girase por sí mismo, que probaríamos así una media hora (si aguantaba) y que en cuanto se girase un poquito nos poníamos manos a la obra, se fueron y allí nos quedamos mi Rubio y yo. En ese momento empecé a pensar en mis familiares. Yo sólo avisé a mi hermana y quería avisar a mi tía, que es como una segunda madre para mí y a mi prima que es como mi hermana y le dije a mi Rubio «llama a mi tía y llama a mi hermana… no no a ella no que está conduciendo, mándale un mensaje… bueno no que se pondrá nerviosa, llama a tu madre que estará fuera y dile que mi hermana viene en camino, que cuando llegue te mande un mensaje para que sepamos que ha llegado bien» y ahí estaba mi pobre Rubio móvil en mano dando vueltas en busca de cobertura que allí era nula, caminando de un lado a otro en plan Pitbull y su «Sube las manos pa’ arriba, dale pa’ abajo, dale pa’ un lado, pal otro lado«.
Volvieron las comadronas, me hicieron un tacto y se había dado la vuelta, y ya estaba listo para salir. Nos pusimos manos a la obra, pero mi Minibombón estaba juguetón y además de hacernos esperar par a que se girase, ahora asomaba la cabeza y volvía para adentro, normal, con lo agustito que estaba él ahí dentro, dos veces lo hizo, al tercer empujón ya se animó y asomó bien la cabeza, en ese momento me dijeron si quería verlo con un espejo y yo me vine arriba y dije que sí, con lo tiquismiquis que soy, y ahi estaba su cabecita, yo creo que eso me dió la súperfuerza y en el siguiente empujón ya estaba fuera y automáticamente encima mío. Fue ese momento, fue EL momento, me enamoré, ya le quería sin haberle visto, pero ese primer momento es totalmente indescriptible, se me escaparon las lagrimillas, sonreía, era feliz, no había nada más, sólo él con esos preciosos ojos achinaditos y esa pedazo de mata de pelo y yo. No hay palabras para expresar lo que se siente en ese momento, todo se queda corto, amor, felicidad, alegría, plenitud, éxtasis, lo que os digo, indescriptible. Y mientras disfrutábamos de esos primeros momentos de piel con piel, me dijeron para mi alegría que no me iban a poner ningún punto. Me ofrecieron la opción de vestirlo ya y que mi Rubio lo sacase para que los familiares le vieran o de tenerlo piel con piel hasta que subiese a la habitación y opté por lo segundo, me pasaron a una habitación para que hiciera la primera toma y se enganchó perfectamente, pero como es perezosillo, dio dos traguitos y para mi asombro se quedó dormido. Ese momento era casi perfecto, estábamos los tres en aquella habitación, pero a mí me faltaba mi Bombón, había imaginado aquel primer momento muchísimas veces y quería que el primer contacto fuese íntimo, que estuviéramos sólo los cuatro, entonces cuando íbamos a decirle al celador si podía pasar mi bombón él nos dijo que ya subíamos a la habitación, pensé que ese momento íntimo que había imaginado no ocurriría puesto que pasaríamos a la sala de espera y allí estarían todos, así que mi Rubio volvió a coger su móvil para que ya que no íbamos a tener nuestro momento íntimo por lo menos que grabase la carita de mi niña al vernos puesto que la camilla la empujaban por la parte de los pies, por lo tanto yo no podría verlo, pero para mi sorpresa en la sala de espera sólo estaba mi prima y su novio que acababan de llegar, los demás estaban arriba. El ascensor no coincide con la sala de espera de arriba y como todos respetaron nuestra voluntad sí que íbamos a tener nuestro momento. Mientras yo me instalaba en la habitación mi Rubio fue a por Bombón.
Entraron los dos, ella entró y tenía una cara de felicidad absoluta, traía un doudou de osito para su hermano, se acercó a él y le miraba y le remiraba y de pronto dijo «Qué guapo es… ¿me conoses? soy Bombón, tu heimana mayoi» le dio un besito y ahí morí de amor. Entonces entraron ya todos, mi hermana (su aventura para llegar se merece su propia entrada), mi suegra y su hermana, mi cuñada y mi sobrino, Tras los primeros momentos de emoción con su book de fotos incluidos llegó el momento en que le dimos a Bombón el regalo que le había traído su hermano: las películas de «Shreck 4», «Río» y «Río 2» y un peluche de Marshall de «Patrulla Canina» y ahí sí que alucinó «El Maishall ¡es mi favoyito! claio… como cuando estaba en la bayiga se lo dije poi eso lo ha sabido, muchas guiasias bebé».
Fue sin lugar a dudas uno de los mejores días de mi vida, mi precioso bebé midió 48.5cm y pesó 3.260kg de puro amor. Os dejo algunos de nuestros primeros momentos a solas, para que nos fuese conociendo a cada uno, a día de hoy que ya pasa de los tres meses, siento como si llevase con nosotros toda la vida. Es un bebé muy movido y risueño que llegó en un momento muy especial para devolvernos la alegría. Y sólo puedo confirmar que es verdad eso que dicen que con cada hijo el amor se multiplica, yo no me imaginaba que pudiera querer a alguien de la manera que quiero a mi Bombón… hasta que llegó mi Minibombón.
¿Cómo hemos llegado hasta aquí?
La llegada de Miinbombón I: El día antes
La llegada de Miniombón II: Vamos al hospital, ha llegado el día
Ay por dios que sube y baja de emociones!! todo el rato pensando, ahora viene cuando lloro y resulta que no, que me partía de risa jajajajaj
Qué me gusta un partooooo!!! qué preciosidad, y esas fotos…me derrito!!!
Jajajaja te han hecho gracia mis momentos de cumbre de dolor. Ayyyy a mí también me encantan los partos jejeje Feliz día! Muack!
Me ha encantado!!!! No por tus momentos de dolor, eh? Si no por lo bonito que es todo y por el amor se niña que es Bombón. Y me encanta como habla y como la traduces!
Vaya familia requetebonita que habéis formado.
Muakkk
Si es q los niños del 2012 son lo más de lo más jejeje tú también tienes una familia requetepreciosa ?Feliz día! Muack!
Qué bonito, que dolor y que felicidad jajaja. Que puñeteras las contracciones dobles, yo tuve de todo tipo y parecía que no acababan nunca. Precioso el encuentro de Bombón con su hermano. Si es que ser madre de dos es taan bonito y tan cansado jeje.
Ah menos mal que ya eres de la familia wp, así no tendré tantos problemas para comentarte.
La bimaternidad es maravillosa, o por lo mens de momento jejeje las contracciones uffff pero bueno el dolor ya lo he olvidado, recuerdo la situación, pero no el dolor.
Ya somos vecinas de wp jejeje ahora nos veremos más jejeje Feliz día! Muack!
Que me gusta leer un parto, que encanto de niña bombón.
Y si se multiplica el amor, la bimaternidad es maravillosa.
La verdad es que la maternidad la disfruto inmensamente. Es algo maravilloso q por más q me lo imaginase no se acerca para nada a la etapa maravillosa en la q estoy ahora mismo. Feliz día! Muack!